Durante el confinamiento la mayoría de nosotros nos hemos atrevido a encender el horno, coger el recetario y hacer increíbles postres para saciar nuestros antojos de dulce.

Nuestro cuerpo nos pide dulce, y es que el consumo de alimentos con azúcar favorece la liberación de endorfinas. Es decir, el sabor dulce se asocia a sensaciones agradables y placenteras, causadas por las endorfinas.  Estas también reciben el nombre de opioides endógenos ya que sus efectos son similares a los del opio, que producen bienestar y en algunos casos adicción.

El azúcar es necesario para nuestro cuerpo, pero cuidado porque también es considerado como una sustancia potencialmente adictiva, debido a su capacidad de activación de las neuronas del centro del placer del cerebro.

Razones por las que tu cuerpo pide azúcar

¿Tu cuerpo siempre te pide dulce?, ¿las comidas van acompañadas de una onza de chocolate? Si es así, tu cuerpo te está pidiendo que le proveas azúcar, y estas son alguna de las razones:

  •   Placer

El dulce y los alimentos grasos generan placer ya que activan el sistema de recompensa del cerebro. En este placer existen 2 neurotransmisores implicados: La dopamina, asociada a las sensaciones placenteras y la serotonina que modula el estado de ánimo y la sensación de bienestar.

  •  Estrés

El estrés induce a comer y a almacenar energía. Cuando sufrimos estrés se libera el cortisol, causando un aumento de presión arterial, glucosa y frecuencia cardiaca. Es decir, una de sus funciones es incrementar el nivel de azúcar en sangre, por lo que provoca que consumamos alimentos con alto contenido de azúcar y de grasa.

  • Nutrición deficiente

El cuerpo es sabio y conoce qué nutrientes necesita. Cuando pide dulce es posible que le falten elementos como el magnesio, el cual se obtiene del chocolate y ayuda a equilibrar el sistema inmunológico, controla la ansiedad, relaja la musculatura, evita la inflamación y fortalece los huesos.

  • Falta de sueño

Cuando dormimos mal tenemos una sensación de hambre continua, esto se debe a que aumentan los niveles de cortisol y disminuye la cantidad de leptina (hormona que da la señal de saciedad). Esto produce una sensación parecida al hambre, en la cual el cuerpo pide que le alimentemos y le proporcionemos energía.

  • Estado bajo de ánimo

La serotonina es un neurotransmisor proveniente de los alimentos, se crea en nuestro cuerpo y es uno de los compuestos químicos que envía información entre las neuronas. Cuando existe un nivel bajo de serotonina el estado de ánimo decae y aumenta la necesidad de comer alimentos que contienen una mayor cantidad de glucosa, como son los dulces.

  • Altas temperaturas

El calor demasiado elevado hace que bajen los niveles de serotonina, lo que provocará que el cuerpo demande alimentos que contienen glucosa. De aquí que en verano nuestro cuerpo demande una mayor ingesta de helados.

Estas son causas que pueden resolverse de otra manera que no sea el recurrir al azúcar industrial, ya que cuando proviene de la bollería la energía del cuerpo sube rápidamente, pero su efecto durará poco y causará una mayor ansiedad y ganas de seguir comiendo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cantidad de azúcar recomendada para tener una nutrición saludable debe ser inferior a los 25 gramos.

Riesgos del abuso de azúcar

Si bien los profesionales de la salud desaconsejan tomar dulce en exceso, hacerlo de manera equilibrada es incluso necesario ya que la glucosa es un alimento fundamental para el cerebro. Ayuda a mantener la concentración, la atención y la capacidad de aprendizaje, pero sus riesgos son:

Enfermedades dentales

Como la caries, se relacionan con el azúcar, dado que éste ayuda a destruir el tejido dental.

Obesidad

Su elevado consumo ha sido uno de los detonantes del aumento de la prevalencia de la obesidad en los últimos años. La obesidad, así como el sedentarismo, son factores de riesgo de la diabetes.

Enfermedades cardiovasculares

El azúcar se asocia también a los factores de riesgo para la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Órganos en peligro

Hígado, páncreas e intestinos. Un consumo elevado de azúcar incrementa el riesgo en estos órganos tan importantes para nuestra salud.

  • El hígado. El exceso de azúcar obstruye el hígado. La cantidad que no es convertida en energía por nuestras células se acumula en este órgano en forma de triglicéridos, llegando a desarrollar hígado graso. 
  • El páncreas. Una de las funciones del páncreas es producir insulina para metabolizar los carbohidratos. Una sobrecarga de azúcar lo perturba, y cuando la insulina ya no controla adecuadamente la glucosa en la sangre, se desarrolla la diabetes tipo 2
  • Los intestinos. El azúcar alimenta a las bacterias que crean la inflamación en el intestino, lo que promueve la resistencia a la insulina y puede aumentar el desarrollo de condiciones inflamatorias como la enfermedad de Crohn.

Cuando el consumo de dulces es excesivo y no se puede atribuir a estados emocionales negativos, sino sólo al simple gusto por el sabor, es posible que el azúcar te haya generado una adicción la cual acarrea numerosos riesgos. Por ellos es aconsejable tratar de reducir esa ingesta excesiva de azúcar y procurar dar a nuestro cuerpo la cantidad que nos demanda con alimentos dulces lo más naturales posibles, como frutas, lácteos azucarados o dulces caseros. 

Sabías que ...

 

  • Es la droga del siglo XXl.
  • Tenemos sensores de azúcar en el intestino y en el páncreas.
  • En nuestro cerebro existe un circuito neuronal en el que percibimos la sensación de placer y recompensa que se llama la Ruta Hedónica.
  • El cortisol hace que la grasa se almacene en el abdomen, ya que es el lugar donde más fácil tiene el acceso en caso de necesitar energía.