La obesidad: ¿Cuáles son sus riesgos? ¿Qué es? Se trata de una compleja enfermedad que consiste en tener una cantidad excesiva de masa corporal. La obesidad no es un problema estético, es una enfermedad que incrementa el riesgo de contraer otras enfermedades no transmisibles y diversos problemas de salud, como pueden ser enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial elevada e incluso ciertos tipos de cáncer.
Hay muchas razones por las que algunas personas encuentran especial dificultad para evitar esta enfermedad. Por lo general, esta es producto de una combinación de factores hereditarios y factores que vienen dados por el entorno.
¿Cuáles son sus causas?
Son muy variadas, ya que, además de factores externos como una mala alimentación o falta de actividad física, también existen factores genéticos y orgánicos que pueden favorecer su aparición.
Es un hecho que también influyen los factores socioeconómicos: en algunos países desarrollados, la obesidad es más del doble en mujeres con un nivel socioeconómico bajo que entre las de niveles más altos.
Otros aspectos que se deben tener en cuenta pueden ser la existencia de enfermedades que favorezcan la obesidad, además de ciertos tratamientos farmacológicos, la falta de sueño, dejar de fumar… Incluso el estrés o etapas como la menopausia o el postparto pueden coincidir con un aumento de peso que, si no se trata de forma adecuada, puede terminar provocando obesidad.
Por último, por si no fuera poco, en el marco de la pandemia por la Covid-19, la obesidad representa un factor de riesgo adicional en las personas que contraigan el virus (las complicaciones respiratorias derivadas de la obesidad pueden resultar mortales si se contrae el virus).
¿Qué posibles complicaciones existen?
Aquí os dejamos algunas de las complicaciones más comunes derivadas de la obesidad:
- La acumulación de este exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, lo que puede provocar dificultad para respirar hasta con el mínimo esfuerzo. La dificultad de respiración también puede interferir en el sueño, provocando la apnea del sueño.
- La obesidad también puede provocar problemas ortopédicos, como dolor en la parte inferior de la espalda (lumbalgia) o empeoramiento de la artrosis, sobre todo en rodillas, caderas y tobillos.
- También son comunes los trastornos cutáneos en personas con obesidad: ya que estas personas tienen una superficie corporal escasa para su peso, no eliminan el calor del cuerpo eficientemente, por lo que sudan más de lo normal. Por este motivo es más frecuente la tumefacción de pies y tobillos, causada por esta acumulación de líquidos.
Factores de riesgo
Aunque este abuso de medicamentos suele comenzar a darse en adolescentes o adultos jóvenes, también hay personas que temen convertirse en adictos a pesar de haber sido recetados, como pueden ser los analgésicos tras una cirugía. En estos casos, se puede reducir el riesgo considerablemente siguiendo al pie de la letras las indicaciones del médico.
Algunos factores de riesgo pueden ser:
- Adicciones a otras sustancias, ya sea en el pasado o en el presente.
- Familiares con problemas similares.
- Presión social por parte de tu entorno.
- Falta de información sobre los riesgos que el abuso de medicamentos implica.
¿Cuándo debo contactar con un médico?
Uno de los indicadores tradicionalmente más populares a la hora de diagnosticar obesidad es el IMC (Índice de Masa Corporal). Sin embargo, este medidor no mide directamente el porcentaje de grasa corporal, esto quiere decir que algunas personas, como deportistas muy musculosos, pueden tener un IMC en la categoría de obesidad aunque no tengan este exceso de grasa. ¿Qué quiere decir esto? Que no es el indicador más fiable. Si en realidad te preocupan los problemas de salud relacionados con el peso, pregunta al médico sobre el control de la obesidad, así podrás evaluar los riesgos para tu salud y analizar tus opciones.
¿Cómo se puede prevenir la obesidad?
Sin llegar a obsesionarse, lo principal es crear un estilo de vida saludable, en el que te mantengas activo y sigas una alimentación equilibrada. Si es un tema que te preocupe aunque no padezcas la enfermedad, recuerda que quien mejor te puede ayudar es un profesional.