La ansiada salida de casa después de una larga cuarentena ya ha llegado en algunas zonas de España, mientras el resto de los españoles esperan en sus casas a que aprueben el paso a la siguiente fase. Pero esta es una realidad a la que muchos aún no están preparados para afrontar.

Toda la situación del coronavirus ha causado en algunas personas una inseguridad y sensación de angustia a la hora de cruzar la puerta de sus casas para ir a la calle por miedo a contagiarse, ya que su hogar durante estos 2 meses se ha convertido en su zona de confort, es decir un refugio anti “balas”.  

El síndrome de la cabaña, un miedo psicológico a salir a la calle tras estar un tiempo aislado, que puede derivar en agorafobia.

Este miedo o incertidumbre ante un peligro que se encuentra fuera de su hogar, como es en este caso el virus, genera que las personas con síndrome de la cabaña una desconfianza hacia el resto de la humanidad, es decir no confían en que se cumplan las normas de protección, higiene o seguridad. De hecho, este incumplimiento de normas les genera una falta total de control sobre el entorno, generando ese miedo, ansiedad o incertidumbre a la hora de salir a la calle.

 

Causas

Un síndrome que recibe ese nombre tras detectar como personas que pasaban meses de aislamiento forzoso en cabañas o zonas despobladas, experimentaban cierta ansiedad a la hora de salir al exterior. Actualmente las causas más comunes son:

La sobredosis de información de peligro por la covid-19.

La covid-19 es un enemigo invisible que genera muchas dudas, y que para evitar contagios se ha hecho especial hincapié en la conveniencia de quedarse en casa. Esto se ha convertido ahora en un arma de doble filo pues ha incrementado en mucha gente el temor a salir, inculcándose durante mucho tiempo la existencia de peligro en la calle.

El confinamiento en soledad o contagio

Desacostumbrado al contacto social como lo conocíamos hasta ahora, se puede pensar en salir a la calle como algo hostil. Al tener que mantener un protocolo de distancias de seguridad y nulo contacto, no podemos ser nosotros mismos (muchas veces acostumbrados a relaciones sociales en las que los besos y abrazos tienen mucho protagonismo), con lo cual muchas personas eligen quedarse en casa como vía de escape ante la ansiedad.

Un cambio radical en nuestras vidas

Personas que pasaban sus días fuera de casa con rutinas bien establecidas, agendas llenas de tareas o momentos de ocio diarios, han tenido que eliminar radicalmente eso de sus vidas pasando a considerar todos esos rituales diarios como hostiles ante una amenaza. A consecuencia han comenzado a crear nuevos hábitos y rutinas entre las cuatro paredes de sus casas que se mantienen lejos de cualquier peligro, por lo que la vuelta a su vieja agenda significa la vuelta a un territorio hostil.

El cerebro habituado a un ambiente muy concreto y limitado

Las casas durante estos días se han convertido en una parte fundamental e integrante de cada persona y todas las actividades que lleva a cabo a lo largo del día, extrañándose o alejándose del exterior.

Todos sabemos que lo desconocido nos genera cierto miedo y desconfianza, que nos puede llegar a agitar bastante, tanto que a veces evitamos el tener que enfrentarnos a ello. 

Tratamiento

Es posible que, durante los primeros días de desescalada, aparezcan síntomas incómodos a la hora de salir a la calle, pero, poco a poco, cada uno irá encontrando la manera de volver a salir. La solución no está en poner etiquetas a lo que nos ocurre. Con cabaña o sin ella, la vuelta a la “normalidad” va a ser un problema para muchas personas, un camino difícil de cruzar sin ayuda.  

Esta salida no tiene que ser de golpe, cada uno debe encontrar su propia manera de volver al mundo sin sentir una amenaza sobre él. Si se necesita tiempo para salir, empieza por salidas progresivas, cruza la puerta y a por ello, sal unos metros, dar pequeños paseos y aumentar distancias de manera paulatina son la solución. Si se hace frente al miedo, lo hacemos pequeño. El miedo nace para protegernos ante un enemigo, el cual nos hará sentir a salvo siempre que se siga el protocolo marcado para hacer frente a la amenaza, el coronavirus. Por ello llevar guantes, cumplir horarios, mantener distancias… ayudará a coger las riendas y disminuir la sensación de peligro fuera de casa.

Sabías que ...

 

  • Es uno de los síndromes más comunes entre los fareros.
  • Se han incrementado un 36% los casos ante la pandemia.
  • Incide mayoritariamente en personas mayores o gente hipocondriaca.