La deshidratación: ¿Cómo podemos prevenirla?
Nuestras entradas del blog siguen hablando sobre como tomar medidas en esta época tan calurosa del año para proteger nuestra salud, hoy vamos a tratar otro de los problemas más comunes: la deshidratación. Este es un tema muy importante durante todo el año, pero en verano es vital porque aumenta la posibilidad de que nuestro cuerpo no recupere la pérdida de líquidos debido a las altas temperaturas.
En el post de hoy vamos a dar una serie de consejos para detectar, prevenir y actuar en el caso de que nos ocurra, ¡no os lo perdáis!
¿Qué es la deshidratación?
La deshidratación se produce cuando una persona no toma suficiente líquido o pierde más del que ingiere, y esto dificulta el funcionamiento del cuerpo humano. Por lo tanto, es muy importante reponerlo de forma continua mediante la ingesta de líquidos o alimentos que contengan agua.
¿Cuáles podrían ser las causas de la deshidratación?
- No ingerir los líquidos necesarios.
- Fiebre.
- Exceso de sudoración.
- Diarrea o vómitos.
- Mayor necesidad de orinar.
- Exposición excesiva al sol.
¿Existen grupos de riesgo?
La respuesta es sí. Los niños y las personas mayores son más vulnerables a la hora de deshidratarse. Además, son grupos que tienen una mayor dificultad para detectar la deshidratación, ya que normalmente carecen de uno de los principales síntomas: la sed. Tanto las personas mayores como los niños producen una disminución de la sensación de sed, por lo que suelen beber menos agua de la que necesitan y es necesario prestar una mayor atención en estos casos.
¿Cómo detectar la deshidratación en verano?¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas pueden ser varios en función del grado de deshidratación que se esté sufriendo. Aquí presentamos algunos de los síntomas más comunes:
- El principal síntoma es la sed, ya que nuestro organismo nos advierte de que algo falla y se está deshidratando. Normalmente viene acompañado de sequedad de boca, malestar y pérdida de apetito.
- Otras de las señales más comunes son:
– Mareos o pérdida de visión.
– La orina también puede ayudarnos a identificar si estamos hidratados. Si la orina es más oscura, es síntoma de falta de hidratación.
– Dolor de cabeza.
– Desmayo o náuseas.
– Sequedad en la piel.
– Desorientación.
¿La deshidratación puede tener consecuencias graves?
Normalmente no. En general, las deshidrataciones suelen ser leves, pueden tratarse a tiempo y solucionarse de forma sencilla mediante la ingesta de líquidos como agua o bebidas isotónicas, pero, en el caso contrario, sí pueden tener consecuencias peligrosas y necesitar asistencia médica inmediata.
Es importante no confundir los golpes de calor y las insolaciones porque, aunque estén relacionados, son problemas con diferentes síntomas y soluciones.
¿Cómo podemos prevenir y evitar la deshidratación?
Ahora que estamos en verano es mucho más fácil evitar la deshidratación, puesto que nuestro cuerpo nos pide de forma constante ingerir líquidos debido a las altas temperaturas. Algunos de los consejos para mantener tu cuerpo hidratado son:
- Beber mucha agua. Según estudios de EE. UU. la ingesta diaria de líquidos para la mujer sería de 2,7 litros, mientras que para el hombre sería de 3,7 litros diarios. Debemos destacar que dentro de estas recomendaciones se incluyen líquidos de otras bebidas y alimentos. No obstante, un consejo muy fácil de recordar es tomar unos 8 vasos de agua diarios y consumir alimentos ricos en agua. Te recomendamos que pruebes, ¡notarás una gran diferencia!
- No esperar a tener sed para beber agua y mantener una dieta equilibrada.
- Tener cuidado con los deportes al aire libre. Es muy importante usar la ropa adecuada, ya que esta puede confundir nuestra sensación térmica. También se recomienda eliminar de nuestra rutina la actividad física en las horas centrales del día, pues son muy calurosas y aumentan el riesgo de deshidratación.
- Reducir los alimentos con cafeína, azucarados o con alcohol, porque favorecen la deshidratación.
- Utilizar protección para evitar el aumento de la temperatura de la piel y, por tanto, la pérdida de agua en esta zona.
Sabías qué…
El cuerpo humano está compuesto entre un 60-70% de agua y que las personas no podrían sobrevivir más de tres o cinco días máximo sin tomar una sola gota de agua.