El síndrome de Asperger es un trastorno de neurodesarrollo que se incluye dentro del espectro autista (TEA).
Este trastorno está caracterizado por deficiencias en la interacción social y la coordinación motora, es decir afecta a la comunicación (tanto verbal como no verbal), al lenguaje e incluso a las actividades, pese a tener una inteligencia normal o a veces incluso por encima de la media. En consecuencia, las personas que los sufren generan una gran resistencia al cambio, creando rutinas con horarios fijados y que siguen de manera diaria.
Síntomas
Debido a la gran variedad de síntomas que pueden desarrollarse, el detectar este síndrome es difícil ya que no existe un método concreto que te diga si lo sufres o no (como un análisis de sangre). Pero si existen una serie de señales que te pueden ayudar a reconocerlo.
Suele manifestarse entre los 4 y los 11 años con comportamientos característicos y pronunciados, como los serían algunos de los siguientes:
- Rutinas autoimpuestas.
- Ansiedad, estrés o depresión.
- Habla marcada por la falta de ritmo.
- Problemas para hacer relaciones.
- Preocupación por su interés únicamente.
- Dicen todo lo que piensan, sin filtros.
- Comprensión literal del lenguaje.
Esos son síntomas generales que pueden mostrar las personas o niños que sufran este síndrome, pero dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentren y los retos a los que se enfrenten los síntomas van a ser diferentes. Por ejemplo, en la adolescencia destacan más los síntomas como dificultad de relacionarse o el sentimiento de soledad, mientras que en la edad adulta aparece la dificultad de trabajar en equipo y el perfeccionismo por hacer algo independientemente del tiempo que conlleve.
Síntomas en la adolescencia
- Expresividad facial limitada.
- Torpeza motora.
- Inmadurez emocional.
- Sentimientos de incomprensión y soledad.
- Sinceridad.
Síntomas en edad adulta
- Dificultades para trabajar en equipo.
- Incapacidad para entender las normas de conducta.
- Estereotipias motoras (se confunden con tics).
- Perfeccionismo a la hora de hacer cualquier tarea.
Causas
El síndrome de Asperger está influenciado por muchos factores, pero en la mayoría de los casos no existe una única causa identificable.
Factores neurobiológicos. Más del 20% de los niños con síndrome de Asperger muestran una disminución de las células de Purkinje en el cerebelo, displasia en el tronco encefálico y neuronas más pequeñas en el sistema límbico (parte emocional del cerebro).
Factores genéticos. Aunque no se conoce cuál es el gen involucrado, se sabe que la genética es un factor muy importante. De hecho, el porcentaje de heredarlo es superior al 90% y las probabilidades de que el siguiente hermano lo desarrolle es 50 veces superior respecto al resto de la población.
Factores medioambientales. Algunos científicos creen que el desarrollo cerebral se modifica por la acción de sustancias tóxicas. Uno de los sospechosos es el timerosal, una sustancia que se puede encontrar en los dentífricos, medicamentos y en productos de limpieza.
Tratamiento
El síndrome de Asperger no tiene tratamiento en sí, sino que más bien es como un “entrenamiento” de evolución y mejora de las habilidades sociales, comunicativas e incluso profesionales y también aprenden a manejar la ansiedad.
Existen muchos tipos de tratamientos en los cuales se ayuda al paciente a desarrollar y llevar una vida normal para en cierto modo permitirle ser algo independiente. Podríamos dividir los tipos de tratamiento en las distintas categorías:
- Comunicación y comportamiento.
- Hábitos saludables y alimentación.
- Medicina complementaria y alternativa.
Sabías que
- Afecta de 3 a 7 niños por cada 1000.
- El 50% llega a la enseñanza superior.
- Solo 3% vive de forma independiente.
- Sufren colapsos cuando pierden el control de sus emociones.